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Las artes como formas de narrar una historia

Descripción: en los debates del siglo XVII se trataba de destacar la importancia del dibujo y la pintura en relación con su capacidad para narrar historias y conformar memoria. De esta forma se trataba de demostrar que las artes eran liberales y no mecánicas. Este relato pertenece al libro de Gaspar Gutiérrez, publicado en 1600.

 

Capitulo XI

Competencia que tiene estas artes del dibujo con la historia

 

Vamos también a la historia, con la que hallaremos que no menos compiten estas artes que con la poesía. Si la historia nos propone con verdad la memoria de los sucesos pasados, para que ellos saquemos prudencia de cómo nos habemos de regir en los presentes: también estas artes hace lo mismo y con mayor propiedad viéndolos y tocándolos, y aun la excede por declararse esto con más que palabras, como está dicho en los Poetas. En las historias escritas leemos las cosas como negocio pasado. En las pintadas y relevadas las consideramos y vemos como presentes, que es cosa que tiene más fuerza. Si la historia de cualquier manera referida da contento, esto menos parece que tiene de arte que las del dibujo, porque en ellas para dar contento las historias han de estar bien pintadas y significadas. Para hacer y escribir historias (o cosa lastimosa) aun los que no saben, inconsideradamente se atreven a tiento sin entender lo que hacen, ni tener reglas, estilo, ni estudios, ni letras humanas, y mal, o bien, allá salen algunas tales como vemos: pero para la invención del pintarlas, esculpirlas, y ordenarlas en estas artes, no se atreve cualquier artífice de ellas, si no los muy grandes y preminentes. Mas, si por las historias escritas se eterniza la memoria de las cosas: también y mucho más se eterniza por medio de las historias relevadas, figuras, estatuas, colosos, medallas y monedas, que está menos sujeto a las injurias del tiempo. Y aun algunas veces la verdad de la historia escrita, si tiene alguna se saca por las dichas estatuas, sepulcros y colosos. Las historias pintadas y relevadas son generales para todos los del pueblos, ahora sean curiosos, ahora no, a los que lee, y a los que no leen, sino es a los que son ciegos, y aun ellos está oyendo lo que los otros ve y dice: y así es muy general, y universal su provecho. Las escritas no son tan generales para todos, y así su provecho no es tan general. El rustico y otros hombres idiotas, y los mudos, como se acordarían de Dios y de sus santos, sino viese pintadas sus imágenes e historias en los templos? Bien entendió esto San Juan de Damasceno, pues vino a significarlo con estas palabras Porque no todos saben leer, ni se dan a la lección: nuestros padres consintieron que se representen esas cosas en las imágenes.

¿Qué digo? las historias pintadas y reveladas, bien se ve que vencen a las escrituras en la facilidad y presteza de darle a entender, y que es más cierto su provecho. Estas se ven casi sin fin querer a un abrir y cerrar de ojos, y así aprovechan más: las otras requieren voluntad y espacio para leerlas y oírlas, lo cual se halla en pocas gentes, y mayormente en nuestra España, que tanto se aborrece el leer y así aprovecha menos. El leer cría melancolía y casa.

El ver, y particularmente en estas artes, nunca se harta. A demás de esto, quién duda, sino que la historia, aunque sea elocuentemente dicha, no es de tanto gusto ni alegría como las que están bien pintadas y relevadas. Con las bien pintadas y relevadas se deleitan los ojos, se recrea la memoria, se aguza y aviva el entendimiento, se apacienta el ánimo o, se incita la voluntad y se está finalmente encendido el deseo, viendo los valores y virtudes de otros para imitarlos, tanto y aun algunas veces más que por las historias escritas. Sabida cosa es, no hay quien lo ignore, que las estatuas e historias esculpidas, y pintadas que se hicieron en Roma y otras partes para gloria de los hombres valerosos, que fueron de mayor fruto para emprender hechos heroicos que lo de ellos escribían los cronistas. […]

[…]

No dice Salustio que Quinto Máximo, y Publio Escipión, varones de los más famosos de Roma solían decir viendo las imágenes y estatuas de sus pasados, que se les encendía el ánimo para la virtud vehementísimamente? Verdad es, que Salustio añade su consideración, diciendo que no hacia aquello la cera ni las estatuas, sino la memoria de las cosas pasadas que ellas significaban. Pero también le podíamos decir a Salustio que arguyo mal, que no es la historia lo que mueve, sino lo que de ella significa. […]

 

 

Gutiérrez de los Ríos, Gaspar. (1600). Noticia general para la estimación de las artes: y de la manera en que se conocen las liberales de las que son mecánicas y serviles: con una exhortación a la honra de la virtud y del trabajo contra los ociosos, y otras particulares para las personas de todos estados. Madrid: Pedro Madrigal, pp. 164-168.

 

 

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