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La muerte de san José

Descripción: la pintura de temas religiosos estuvo alimentada por tradiciones apócrifas. La muerte de san José es de aquellos temas que no tienen sustento bíblico. Los relatos hagiográficos, escritos con una viva imaginación barroca, fueron una fuente importante para los pintores.

 

Capitulo XXXIII

De la muerte del glorioso san José

 

Ya va siendo tiempo de dar remate a la historia de San José, pues no hablan ya mas de él los evangelistas, y en las ultimas palabras que del escribe San Lucas, le deja tan honrado que dice que le estaba el Hijo de Dios sujeto y obediente; con cual parece que se cumplió en el aquel sueño misterioso, que tuvo el primer José, figura de este segundo, cuando soñaba que el sol, la luna, y las estrellas le hacían reverencia, por que el sol de justicia Cristo, y María Luna llena, y hermosísimas, obedecían y reverenciaban a José en la tierra. Y si el sol y la luna le hacían reverencia no es mucho que digamos, que las estrellas que lucen en la eternidad, que son los demás justos también le veneraran y reverencian. Del tiempo en que san José murió, no consta de la escritura, y así hay de su muerte diferentes opiniones entre los autores. Unos dicen que murió poco después que volvieron a Nazaret, después de la perdida del niño en Jerusalen, pero esto no es conforme a la escritura, que acabando de tratar de la niñez de Cristo, dice que estaba sujeto a José  y a la Virgen.

Y esto insinúa, que vivió después más tiempo del que le dan estos autores. Y esfuerzase mas esto con otros lugares de la escritura, como del capitulo sexto de San Juan, donde admirados los judíos de las Palabras de Cristo, decían: no es este el hijo de José, cuyo padre y madre conocimos? De donde parece, que el estaba aun muy fresca la memoria de José en Jerusalem entre la gente vulgar, como no haber el vivido de propósito en aquella ciudad. Y san Lucas dice: que entrando Cristo en los treinta años, era tenido por el hijo de José; y todo esto no se acomoda bien a esta opinión de tan temprana muerte. Otros autores hacen vivo a San José cuando Cristo padeció lo cual tampoco es verosímil, pues si fuera entonces vivió, hicieran mención de los Evangelista en tantos lugares de su historia, donde tratan a la virgen, y de sus parientes. Y estando a cargo de San José, como su verdadero esposo, no la encomendara el salvador a San Juan que es el argumento que hace a este propósito San Epifiano.

Y así la opinión, que hace mas buena consonancia con las palabras de la escritura, y con las razones de prudente conveniencia, es la de Cedreño, y otros autores graves, que dicen que murió a los veintinueve años de Cristo, y a los setenta de su edad, llegándole ya el tiempo del bautismo de Cristo, y de su predicación. De esta muerte de San José, tan cerca de la de Cristo nuestro señor, sacan los autores algunas razones en excelencia de este glorioso santo, y particularmente dos: la una, que mientas Cristo nuestro señor no tenia de terminar de manifestar al mundo la divinidad, quiero honrar a José con titulo tan glorioso, como era el padre de tal persona. Y el mismo señor quiso en todo este tiempo gozar de su compañía,y de la sombra que hace un padre a un hijo; y antes que pudiese ver con sus ojos, los trabajos, y afrentas que el señor había de padecer en su pasión, y la mortal emulación, y contradicción que a su predicación había hacer su mismo pueblo, quisole poner en salvo, y efectuarle (con muerte mas temprana), el increíble dolor, que había de revivir, y los frutos, y sobresaltos con que anduviera todo el tiempo de la predicacicon de Cristo, si le viera perseguido de los mismo a quien venia a salvar. Lo segundo, quiso que muriese antes, para que fuese adelante a consolar a los santos padres del limbo, con nuevas tan cierta de su redención. Y esta piedad fundada en amor, que uso Cristo nuestro señor con San José, no la uso con su madre, aunque la amaba mas: porque (entre otras razones) como aun no están abiertas las puertas del cielo, que se habían de abrir en su pasión, no había lugar proporcionado, y decente para el alma de la virgen.

 

 

De Jesús María, José. (1698). Historia de la vida y excelencias de la sacratísima Virgen María Nuestra Señora. Donde se tratan muchas de su virginal esposo el patriarca san José (p. 379). Barcelona: Imprenta de Joseph Texido.

 

 

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